martes, 12 de mayo de 2015

MONKAYISTAS EN VENECIA

 UNA AVENTURA EN KAYAK POR VENECIA


Nos dirigíamos por el gran canal a bordo de un vaporetto hacia la isla de Certosa, avisamos a nuestro capitán que nos dejara en ella, en esa isla no había parada, estábamos recelosos ¿nos volverían a buscar?

Por fin desembarcamos y fuimos al encuentro de nuestros  compañeros de aventura, destino Venecia en kayak.
Nuestra primera toma de contacto fue bien  hasta que nos hicieron poner unas falditas, no nos favorecían pero eran imprescindibles, luego nos daríamos cuenta que era la única manera de ir secos durante la travesía.

Empezamos nuestra singladura con una tarde de primavera cálida y deliciosa, para llegar a nuestro destino había que atravesar un gran canal por el que transitaban muchos y veloces barcos, nosotros éramos meros puntos en esa inmensidad.

Con arrojo y algo de miedo empezamos a palear, las olas nos venían de todas direcciones, saltaban con fuerza por encima de la quilla, parecía que habían metido una minipimer en el agua, a nuestra mente venían los relatos de esos aguerridos marineros que atravesaban el cabo de Hornos. Seguíamos paleando con todas nuestras fuerzas sorteando barcos, barquitos, vaporettos y cargueros, éstas se iban mermando nos animaba a seguir el  ver cada vez más cerca las puertas del Arsenal, las puertas que nos darían entrada a Venecia.

Por fin llegábamos, nuestros ruegos habían sido escuchados, ante nuestros ojos aparecían los canales de aguas tranquilas donde se reflejaban los colores de los edificios con sus ventanas ojivales, las macetas de flores, las ropas tendidas,  un puente, góndolas , más ventanas, más puentes……..todo era un auténtico placer.








Durante unos momentos creíamos que los peligros habían desaparecido, cuán equivocados estábamos…..!!!!cuidado, cuidado!!!,  chocamos…. ¡!!rema, rema!!!, ¡!!!a la derecha, a la derecha!!!!!   …..uuuuffff!!!!, por los pelos no nos hemos llevado al gondolero.
Cada giro en cada esquina era una aventura que añadía emoción a todo lo que veíamos y sentíamos, fueron dos horas estupendas.

Tocaba regresar, no queríamos pero Loretta  no nos dejaba otra opción, así que nos dirigimos nuevamente “al cabo de Hornos”. ¿Dónde están las olas?, ¿Dónde están los barcos?, las aguas de la laguna estaban casi en calma ¡!!horror!!!, esto no tiene gracia que alguien traiga una minipimer. Para darle emoción echamos una carrera para ver quien llegaba antes.

 Cuando vimos el embarcadero nos dimos cuenta que no queríamos que aquello acabara, intentamos maniobras de distracción, ¡!!!imposible!!!! al instante teníamos a Loretta a nuestra vera diciendo ¡!!prego, prego!!!!.

Dejamos por fin nuestros kayak, con ellos se quedaba un trocito de nuestro corazón y  una promesa


 ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡VOLVEREMOS!!!!!!

24 de abril 2015


Pilar y José Manuel

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